Llevo mi dibujatupalabra a ATOCHA RENFE

 Para los murales que dibujo para VENDING BOOKS en Atocha he decidido relajar la mirada. Atocha es mi barrio, mi cole en la calle Santa Isabel, la casa donde crecí justo detrás del Reina Sofía. Mis Yayos en Ronda de Valencia, la Ruiz, empresa de autobuses que me lleva al pueblo de toda la vida en la Ronda de Atocha. La Churrería La Campana de la calle Valencia que ya no existe. Soy de las que recuerda el "escalectric" o puente elevado de Atocha, alguien lo recuerda, el ruido se colaba en mi casa cuando soplaba el viento. La calle Doctor Fourquet, veía a los alumnos de Cristina Rota tan artistas subiendo por mi calle, me agazapaba en el balcón para observarles, Siempre con unas pintas extrañas que me atraían mucho.
  La primavera rompe en este barrio de forma brutal, aunque esté en el centro y haya un tráfico infernal los árboles viven entre los edificios, son altísimos y muchos tienen flor. Alucinante el cambio de luz,  con el edificio rojo ni os cuento, la luz refleja y el rojo llega hasta el salón de casa de mis padres. Cada esquina es un recuerdo, la Estación de Atocha no se queda corta en recuerdos. Citas furtivas, cigarros fumados al borde del delito, Aves para Córdoba en un tiempo en el que mi corazón habitó en su barrio mozárabe. Atocha! es clave, es todo y hemos dejado a muchos allí.
 La sombra o mejor dicho el nubarrón llegó aquel 11 de marzo horrible. Ahora a todos se nos arruga el corazón cuando pisamos la estación.

 Cuando Paco Valtierra me dijo que la máquina de Vending Books de Atocha Renfe estaba disponible para una de mis intervenciones comenzé a levantar los pies del suelo. Poder devolver a la Estación algo bello, algo que nos calme, ha sido un verdadero reto.

 UNA BALLENA con todos los tonos de azules que tengo en mi maleta, azul infinito y calmante. Una Ballena que flota en el ambiente, está allí en el hall, con toda su inmensidad como si pesara como una pluma. Ví y veo a la ballena protectora y madre, inteligente y conocedora del medio acuático que todos hemos olvidado. LA BALLENA habita ahora en Atocha para disfrute del viajero,  ella abraza a una chica inquieta de pelo coralino y en el otro lado tenemos al chico. UN chico que escucha atentamente cómo le susurra un libro un pájaro lleno de color. Todo esto está allí. Todo para vosotros, un trabajo reflexionado que he desarrollado con respeto y grandes dosis de amor.

 Para mí ATOCHA ES AZUL LÍQUIDO. ES PAZ.